viernes, 27 de junio de 2014

Kierkegaard




La angustia en la joroba
de La Soledad en la alcoba,
sobre la crisis del nacimiento,
la muerte y su desenvolvimiento,
bajo la mirada ortodoxa
del séquito.

Los divertidos paseos
en los trajes de tez sociable,
un escritor sin crédito
que en cien años
se volvería maestro.

Fuiste tú quien nos trajo al hombre real,
no el de estereotipos
ni el de la luna platónica,
ni el de los Montes Olímpicos
en caballos de laurel;
fuiste tú, aquel
quien no nos aproximó
a la filosofía,
sino quien la trajo
hasta nosotros.

Un padre en ti,
ha tenido el ser existencial,
pero no como el tuyo,
uno excepcional
de verdad,
bajo la base
de su propia escritura
y su propia religiosidad.

El ser estético,
el ético
y el religioso
lo viviste ante nosotros
para inaugurar el siglo veinte,
conociendo nuestros dolores,
nuestros placeres,
enseñándonos, maestro
a ser,
pero, sobre todo
a existir,
para poder
vivir…


Engel Salazar Aguirre
27 de junio de 2014.

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