viernes, 10 de enero de 2014

suave...


El terciopelo de la caricia,
el consejo sin malicia
del abuelo,
la cobija en el suelo
de la estera.

La ternura que espera
la llegada al hogar,
la calefacción tras el vórtice polar,
y el no correr sin andar.

La brisa cálida del verano,
el recorrido sobre las manos
de tus intensiones,
la aparición de las ilusiones
del cariño sincero.

El inicio del viaje
de la hoja en la gota,
tu palma tejiendo
la solapa del traje,
el desayuno de la madre
con amor y con necesidades.

El lápiz que dibuja la poesía bonita,
el rocío que baña de gotitas
la expresión infinita
del talento de mi niña,
dentro de un orgullo que no cabe,
y al voltear,
tu mirada
que me enamora
con tilde suave...


Engel Salazar Aguirre
10 de enero de 2014.

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