jueves, 5 de diciembre de 2013

La Puerta...


La envergadura y el talante
son el vigilante
de lo resguardado,
las clavijas al costado
para aperturar con rotación,
el pomo
el centro de atención
de los ojos y de la atracción
de mis manos
hacia la puerta.

Además de ello
interactúan los metahechos
del hilo de luz
en el destello,
sobre lo oscuro,
el camino que se abre,
la inquietud que asombra,
el nerviosismo de la sorpresa,
la calzada
en el marco de la puerta.

No sólo la entrada
al edificio,
al cuarto de servicio,
o al desperdicio;
sino, la nueva herramienta
que enseña,
que aleja o acerca al precipicio,
el nuevo conocimiento
que atrae,
a la noción fenomenológica
de lo que significaría
la búsqueda y la respuesta,
de la acción
de estar encerrado
y abrir La Puerta...

Engel Salazar Aguirre
5 de diciembre de 2013.

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