domingo, 31 de enero de 2010

Hoy no traje nada.

Sólo pasaba por aquí a visitar,
leer un poco de sus maravillas antes de que muera el día,
sentir su compañía,
para luego empezar a agonizar.

Este largo día de trabajo y dinamismo,
ha durado muchas horas y todas de sol agobiante,
tanto como antes,
siento que no soy el mismo.

No puedo descender,
sin apreciar las mágicas letras que me exhuman,
del cansancio de una,
jornada sin atardecer.

No tengo poemas para compartir,
sólo este redacto seco de flexibilidad y loco,
sintiendo como de a poco,
mis ojos me envían a dormir.

Disculpen.


Engel Salazar Aguirre
27 de enero de 2010

jueves, 28 de enero de 2010

Lo poco que has hecho.

Esa sola mirada que has dirigido, me ha desnudado el alma.

Esa sola pestaña que has ganado, me ha deseado tu vida.

Ese solo rato de hablar, me ha salvado la vida.

Ese solo gesto de amar, ha revivido a miles.

Ese solo hecho de existir, es lo que me mantiene luchando día a día.



Engel Salazr Aguirre
23 de enero de 2010

domingo, 24 de enero de 2010

Un Ángel ha caído

A Angel Daniel Guzmán
Un Ángel ha caído.
cayó en la noche oscura y triste de Caracas,
arte contemporáneo y problemas de razas.

Copiloto de la desgracia
que alcanzaron hirientes proyectiles,
llevaron al final de varias vidas a sus fines.

Rencillas de festines
nada tenían que ver contigo hermano,
pero abatido yaciste por tener sentido humano.

Recuerdo que en tus manos
produjiste rectas que corrían a millas,
ponchando a toleteros sentados en cuclillas.

Yo ahora en una silla
recordando momentos gloriosos en nuestras vidas,
del “Miguel Antonio Caro”, de ilusiones nunca perdidas.

Buscan estos suicidas
ahogar al mundo en males de injusticia,
creyendo que resuelven sus problemas con malicia.

Fuiste una noticia
que a todos tus amigos y familia hoy entristeció,
al saber que el gran Ángel Guzmán, el del medio, falleció.

Esa noche oscureció
la capital venezolana más que en su historia,
tu hermano, también Ángel Moisés, se la llevó en la memoria.

Este canto de gloria
dedico al compañero de alma, lucha y corazón,
al atleta hoy del cielo, al Ángel Daniel Campeón!
Engel Salazar Aguirre
23 de enero de 2010

sábado, 23 de enero de 2010

Aunque

Te respiro, aunque mi oxígeno esté contaminado de tu ausencia;
Te siento, aunque tu presencia este sobre la ionósfera;
Te toco, aunque tu escultura esté fuera del alcance de mis manos,
Te escucho, aunque tus ondas no me transmitan tu momentum;
Te hablo, aunque sé que tu fantasma ya no oye;
Te veo, aunque tu luz esté más allá del horizonte;
Te huelo, aunque tus moléculas no enrarezcan mi aire cercano;
Te degusto, aunque tu sabor haya acidificado mis labios;
Te quemo, aunque a mi combustión le falte tu atmósfera;
Te espero, aunque haya perdido la cuenta de las edades.
Engel Salazar Aguirre
21 de enero de 2010

viernes, 22 de enero de 2010

Función hermítica.

De niño:
¡Ah!
Mi vida transcurría en forma no específica
El rojo de mi corazón superaba las políticas
Mis grafismos malogrados sabían de geometría analítica
Mis pensamientos rebasan la frontera metafísica
Mi castillo hecho de rocas de ascendencia laterítica
Mis juegos no cesaban ante el ojo de la crítica
Mis canciones de armonía gozaban de raíz mística
La simetría cotidiana era de razón hermítica
La alegría cada día dominaba la estadística.

Ahora:
¿Oh!
Mi vida se estaciona en autopista caótica
Lo verde de mi hígado en reacciones espasmódicas
Ausentan mis dibujos de geometría cónica
Perdí los pensamientos que trascienden la lógica
Mi casa es una ruina de piedra metamórfica
Sin juegos que acompañen mi soledad catastrófica
La armonía se alejó de mi razón ontológica
Se rompió la simetría en diferencia psicológica
Ya no bebo de alegría, la tristeza es mi pócima.


Engel Salazar Aguirre
20 de enero de 2010

jueves, 21 de enero de 2010

Mi ejercicio de Yoga

Terminé mi ejercicio de yoga y aprendí a escuchar la profundidad que no escuchaba:
escuché los armónicos a más de veinticinco mil hercios cuando tocaba,
escuchaba llorar mi sangre de dolor profundo cuando me inyectaba,
oía el ardor de mi estómago triste y enfermo cuando me embriagaba.

Luego de mi ejercicio nada se me escapaba:
escuché el reclamo de la grama cuando la pisaba,
el dolor de un pétalo cuando se marchitaba,
la canción del silencio tuyo en mi almohada.

Poner atención a mis oídos me encantaba:
porque escuché la vibración que de la luz se emanaba,
a kilómetros el ritmo de un corazón que aceleraba,
cuando corrían las lágrimas que mis manos secaban.

Todos los sonidos mi oído alcanzaba:
la espoleta de guerra luego que disparaba,
el sonido de un cuerpo que el hambre arrasaba,
las religiones en vidas que nada significaba.

Mi cuerpo auditivo conectado a mi espíritu todo sintonizaba,
el dolor inmenso de la madre tierra que agonizaba,
ante algodones sucios, mentiras políticas y cobardes miradas,
pero ahora, sin martillo, yunque ni cadena de huesecillos, mi alma no escucha nada.


Engel Salazar Aguirre
19 de enero de 2010

sábado, 16 de enero de 2010

¿Qué será de mis niños?

Qué será de mis niños si les digo que algún día entenderán las cosas de los adultos, sabiendo que de adultos entenderán menos que de niños.
Qué será de mis niños si cuando caen las hojas de otoño no consigo que jueguen conmigo.
Qué será de mis niños si la televisión los sigue criando mientras yo trabajo.
Qué será de mis niños si no cultivan la tierra que pisan.
Qué será de mis niños si no les enseño que con el dinero de un vicio puedo ayudar a dos hermanos en Haití.
Qué será de mis niños si el humo de mi chimenea no les permite ver las estrellas.
Qué será de mis niños si les quito sus frutas por gaseosas.
Qué será de mis niños si no entiendo el valor de amar a los demás.
Que será de mis niños si la cobija que los arropa no le puede servir a otros.
Qué será de mis niños si no los ubico en sociedad y estima, sino en un bunker doméstico.
Qué será de mis niños si no me importan los demás, aunque Andrés Eloy me dijo que cuando tuviera un hijo tendría a todos los del mundo.
Qué será de mis niños si el universo gira alrededor de ellos.
Qué será de mis niños si les cambio sus parques por centros comerciales.
Qué será de mis niños si les guardo sus juguetes por juegos de video.
Qué será de mis niños si cambié mis brazos por un ordenador.
Qué será de mis niños si irrespeto a sus maestros.
Qué será de mis niños si consumo sus recursos.
Qué será de mis niños si le digo lo que está mal, pero igual lo hago.
Qué será de mis niños si ultrajo a su madre naturaleza.
Qué será de mis niños si los asesino en el vientre de mi esposa.
Qué será de mis niños si diseño el camino que quiero que tomen.
Qué será de mis niños si no les hablo del espíritu que tienen.
Qué será de mis niños si los castigo por ser sinceros.
Qué será de mis niños si acumulo cosas inútiles.
Qué será de mis niños si los meto en caja de teletubbies hasta que yo muera.
Qué será de mis niños si les pido que estudien para que sean alguien algún día, ya que hoy no son nada.
Qué será de mis niños si acabo con los calores de sus mariposas.
Qué será de mis niños si les corto todas las flores.
Qué será de mis niños si mi arrogancia acaba con sus sueños.
Qué será de mis niños si les repito a diario que son malos.
Qué será de mis niños si me da flojera darles de comer.
Que será de mis niños si golpeo a su madre.
Qué será de mis niños si no los dejo caminar.
Qué será de mis niños si no les dejo hablar.
Qué será de mis niños si no les dejo respirar.
Qué será de mis niños si me fumo su planeta en una pipa de dólares.
¿Qué será de mis hijos cuando acabe con la especie humana?


Engel Salazar Aguirre
16 de enero de 2010

martes, 12 de enero de 2010

No sé


No sé de poesías que transfiguran realidades,
de artículos indexados ni microtonalidades.


No sé de los efectos de una noche ártica,
de artes marciales ni cromodinámica cuántica.


No sé de lo certero de mi reloj mañana,
de lógica difusa ni de simetría gaugeana.


No sé de la importancia que tenga la muerte,
de flautas transversas ni universos multipresentes.


No sé si hay en este mundo espacio para los helechos,
de hermenéutica ricoeuriana ni de agujeros negros estrechos.


No sé de dónde llegaste y que pretendes del futuro,
pero te agradezco haberle devuelto la vida a este corazón oscuro.



Engel Salazar Aguirre
12 de enero de 2010.

domingo, 10 de enero de 2010

Leo muchas y en todas estás tú mi credo

Leo muchas cosas y en todas estás tú mi credo.

Tu alma está en mi teoría y tus manos en mi práctica, tu voz en mi canto y tu estructura en mi armonía.

Creo que la vida es bella porque eres tú misma.

Creo que debemos pasar más tiempo viviendo que sobreviviendo y que podemos prescindir de él cuando queremos, aceptando nuestra eternidad.

Quiero creer en Sartre, Bergson, Russell, como en ti, porque eres moderna y filosófica.

Creo en Joaquín porque nunca tendría sabiduría sin tu amor.

Creo en la dualidad onda-crepúsculo, mente-conciencia, alma-espíritu, masculino-femenino, y que es a la vez inseparable dentro del equilibrio. Creo en la dualidad geométrica, en la homología, en el ying-yang que se presenta ante todo y está en todo, en ti y en mí, sin demostrar la homología de nuestras almas con técnicas de este universo.

Creo en Einstein, Poincaré, Lorentz, Gell-mann, Mandelbrot, Fleming, Hilbert, Dirac, Heisenberg, Penrose; pero tú estás delante de ellos.

Creo en la sabiduría de la naturaleza reflejada en tu palabra.

Creo que a Pacioli le faltó la divina proporción de tu cuerpo y de tu sonrisa.

Creo en el pentágono perfecto de la cayena y no necesito romperlo para saber que me amas.

Creo en la precisión de cada gota de lluvia que cae donde debe, así como estas donde quieres.

Creo en la fe, dogmatizada por ti, y basada en tu sinceridad y en tu comprensión.

Creo que la predisposición es solo previa, y tú cambias la disposición.

Creo en ti como atractor de mi sistema dinámico, aunque se vuelva caótico.

Creo que escribo tu obra como Platón escribió a Sócrates.

Creo en mi madre, en mi abuela y en ti: filosofía del amor primero.

Creo en la cultura y el deporte como complemento de la academia, como complemento de tu verso.

Creo que puedo viajar en un armónico por todo el universo, pero sin tu mano me perdería en mi barrio.

Creo en Brunelleschi, Della Francesca, Donatello, Sanzio, Uccello, Alberti, Da Vinci, Ghiberti, Pappus, Pascal y Desargues, porque descubrieron como tu geometría se proyecta en mí.

Creo en la geometría infinita donde cada forma de paso a otra y viceversa. Leonardo lo sabía y tú me hiciste verlo.

Sostengo creer que Galois no sería tan grande sin Gauss ni Abel, así como no hubiese logrado entregarme tan plenamente a ti sin hacerlo previamente.

Creo que debes explicarle a Newton, Bernoulli, Brown, Lagrange, Hamilton, Einstein, Bose, Lorentz, como riges la dinámica de mi alma.

Creo que mi insomnio trata de explicar por qué aun no te decides a estar conmigo. Me duermo a tu lado no porque me aburras, sino porque me das la paz que necesito para descansar.

Quiero que me digas cual es bosón que rige la fuerza que me atrae hacia tu mirada, y que los físicos de partículas le pongan el nombre de Dios.

Creo que cualquier cosa es una cara humana, aunque tú no entiendas las expresiones de la mía.

Creo que no hay que ser doctor para recibir su nobel. Por ello, Bell tiene tanto merito como Hewish por el descubrimiento del Pulsar. Ya yo tengo mi nobel y mi pulsar.

Creo que en todo el desarrollo de humanidad se debe a lo aprendido en la naturaleza, por ello las plantas y los animales son sabios. Si entiendo tu mensaje podría encarnar en delfín.

Creo que el conocimiento flota y se puede bajar por varias personas al mismo tiempo, Marconi y Graham-Bell, Hall y Heroult, Mayer y Mendeleiev, Weinberg y Salam. Por eso muchos te quieren.

Creo en Mozart, Beethoven, Strauss, Paganini, Tchaikovsky, Dvorak, Hendel, Rajmaninov, Orff. Componen para tu imagen.

Creo en el 5to sabor y el 5to Elemento. Tu cuerpo y tu alma como elementos esenciales del dodecaedro divino de tu existencia.

Creo en Whitman, Neruda, Andrés Eloy Blanco y en todos los que te han descrito.

Creo en la música de las esferas. Cuando me alejo del universo de las fuentes sonoras, aun escucho tu voz.

Creo en los que inician primaveras como las que dibujas. Luther King, Gandhi, Romero, Pauling, Menchú, están en ti.

Creo en el Pi de Ramanujan, el e de Hermité y el fi de tu gloria.

Estudio a Aristóteles, Descartes, Aquino, Kant, Comte, Hegel, Nietzsche, Pascal, Jesús, Marx para entender tu belleza.

Creo que si me dejas en mi locura, seguirás estando en todo, aunque protagonices del lado de afuera estando dentro.

Engel Salazar Aguirre
10 de febrero de 2008