sábado, 14 de junio de 2014

La Encrucijada.


Con calma,
con la seguridad que se adquiere
de la presencia por años,
con la mirada ascendente
con la diagonalidad del lente
de una escalera.

La única alma espera
en la oscuridad de la neblina,
en la musical cortina
de la continuidad periódica
del péndulo que anuncia el tren,
que se escurre entre los rieles
que vigilan la carretera.

La llegada del ser con su manera,
con sus aciertos y aprendizajes
a la decisión atemporal,
de convertirla en la ye invertida
que tú quieres
o en la equis variable
que tachará sus vidas.

Despierto de los sueños locos
los suicidas,
los de pelos largos
y de las mentiras aprehensivas
que regalan las canas,
los que apuntan a La Soledad del mañana,
derivada
de una condición innegociable,
corroborada de rodillas,
conscienzada,
quedando pendiente
aquella decisión postergada,
todas las noches
frente a La Encrucijada.


Engel Salazar Aguirre
14 de junio de 2014.

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