jueves, 9 de enero de 2014

El suicidio de Taniyama.


No se puede juzgar
a un suicida
si no transitas por la avenida
de sus pastos...

Habrían suicidas que dan asco,
habrían cobardes
que comprometiesen la vida de otros,
habrían perezosos
o vengativos,
pasivos y destructivos.

Hubo quien pudo soportar
la explosión más letal
que haya apuñalado a La Tierra,
hubo quien viviera
en la Guerra
la muerte misma como sustento,
y su propia sangre
como alimento
del Ave Negra.

Hay aquel que transgredió
universos desconocidos
en un sistema de abstracción intuitivo,
que conjeturó
el futuro conocido.

Vivió
el que se atrevió
a probar a Fermat,
a circundar a Heráclito;
murió,
el que pasó del horror clásico
al viaje trágico.

El Poder mágico
de la mente genial,
condenó su vida en espiral,
de curva elíptica
y modular.

¿Cómo poder probar?
la simetría más lejana
saltar esa ventana
y vivir para contarlo...

Prefiero guardar
este hecho extraordinario
y proteger al mundo que se entera,
de que he decidido irme
para seguir viviendo
a mi manera...

Engel Salazar Aguirre
9 de enero de 2014.

2 comentarios:

  1. No existe una dignidad más precisa que la identidad del ser, incólume, a pesar de tiempos y mareas, donde el espíritu desafiante permanece.

    Un abrazo y mi deseo de un felíz año, Engel.

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