jueves, 25 de abril de 2013

Vals venezolano.




Maletín
de un barco
con violín
y arco.

El derrame europeo
se arremolina,
se africaniza
y se siembra
en la India de mi primavera.

Un tres cuartos espera,
un cuatro acompañante,
dándote un carácter que antes
no tenías,
cuando vivías
detrás del oceano.

El vals venezolano
tiene nombre propio,
tallado en Lauro
y Estévez,
en Vicente Emilio Sojo
y Luis Laguna.

Todas las regiones
una por una,
te interpretan,
todos los cantores
te respetan
y te cultivan
con el amor más profundo de sus talentos.

Rápidos o lentos
te atesoran,
los niños que ahora
te conocen:
eres un rey de nuestra tierra,
eres la belleza
que vive con él.

Las estructuras han rodado su papel
en las almas latinas,
en la gota de aquel
europeo que llegó,
y en la tierra que aquí sembró.

Dame tu abrazo de dulzura,
arrópame con la envergadura
y dame tu traje,
que viene del viaje
que acercó al mundo
y tomó el asa,
y cobijó a Europa, en mi casa.

Engel Salazar Aguirre
20 de abril de 2013.

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