martes, 18 de septiembre de 2012

"Café de ciudad..."


Es el que sabe a mis zapatos en la acera
y a mi asiento de brocal y espera.

Es la mañana negra,
el compás oscuro de la panadera
de la jornada que apenas inicia.

Es el recuerdo que interrumpió tu caricia
porque se me hacía tarde
para llegar al día entregado
a la remuneración de lo ya gastado.

Es el que sabe al autobus de las cinco,
a las escaleras del retardo
que supero de un brinco,
al compromiso de la alarma
y al salario que comprometo.

Es la santamaría del Metro
cuando aun no clarea
y disputo mi ingreso.

Es el que sabe a boulevar
en las tardes que tenía tiempo
donde recordaba mis aciertos
al andar.

Es el que sabe a la esquina
del termo
de la misma amiga
que día a día protesto,
de azúcar
o de ardor puesto.

Es un retoño diario
del duro día que espera,
del tiempo que sacrifico de mi familia
y pretende demostrar el amor que les tengo,
entregado al cielo sin futuro
del sostén inseguro,
de mis manos débiles y desgastadas.

Es al que la recepción de una mirada
infantil encantada,
aguarda el regreso del padre:
oscuro como el café,
de una ciudad que se abre,
pero que jamás veo amanecer...


Engel Salazar Aguirre
13 de septiembre de 2012.

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