sábado, 11 de junio de 2011

Llévame,


Llévame, de angustias desprendido

a los lugares que voy y que he ido.


Llévame, entre las sábanas de ayer

a los olores del amanecer.


Llévame, a mi bicicleta de colores

con la rodilla de ardores,

bajo el sol que no condena

y el calor que no agobia.


Llévame, al charquito de la playa

de mi Litoral de Vargas,

y al final de la escalera

la gloria del tobo de agua.


Llévame, a mis vacaciones de castillos

en arenas de yopales,

montado en caballitos

de cuestas espirales.


Llévame, al deseo de la montaña saltada

ascendido por torbellinos,

creyendo que mi vida

está hecha de destinos.


Llévame, al hogar de mi infancia eterna

a la oscuridad sin linternas,

al sabor del día

del café de mis tías,

al pecho hundido en la secuela

de las palabras de mi abuela.


Llévame, a su majestad, la vida

que vivo con empeño,

al tesoro de la noche

donde lo real, son mis sueños.



Engel Salazar Aguirre

11 de junio de 2011.

2 comentarios:

  1. Simplicidad romántica convertida, quizás, en una forma de adagio personal... clara, precisa... sobrellava en el mejor de los paisajes, comprensible y hermosa a la vista del alma.
    Me parece una descripción perfecta de un recuerdo convertido en ser...
    Excelente poesía hermano

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  2. LLévame, de angustias desprendido
    a los lugares que voy y que he ido...

    LLevo días querido amigo, tratando de comentarte y me era imposible, te escribí correos diciendo, pero creo que hoy, el impedimento se ha rendido ante tanta poesía.

    Un besote, poetazo.

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