La roca melancólica
salida del reino de cuevas,
full mina, antes
de la entrada
del explotador de otro reino:
He aquí el que del espacio
fulminó a todos los demás,
excepto al viral.
La protista general
reinada por bacterias,
aprovechada, antes
por las ganas
del investigador de otro reino:
He aquí el capaz de
fulminar a los reinos superiores,
excepto al vegetal.
La sombrilla selvática
fungiendo como reino en sí,
devorada, como antes
por hambres
de caminantes de otros reinos:
He aquí al monera que no es tal
para fulminar al verde,
parásito dual.
La sobriedad majestuosa
rey del mundo por él mismo,
respirada, por ante
las necesidades
del respirador de otro reino:
He aquí al que con su ausencia
fulmina a todos los reinos,
a todos por igual.
El poblador millonario
rey de eras cercanas,
consumido, por delante
por la gula
del ignorante de otro reino:
He aquí al diverso
capaz de acaparar a los reinos,
sin fulminarlos.
El hijo del padre
rey no sé de dónde,
asesinado, desde antes
por el mundo falso
que él creó del verdadero:
He aquí al director
capaz de aniquilar al universo,
de fulminar.
El hogar de todos,
reino que da vida,
fulminándose todos los demás,
pero él vive:
He aquí el reino que fulminó lo mismo
y vuelve:
He aquí el secreto.
Engel Salazar Aguirre
28 de abril de 2011.
