sábado, 26 de marzo de 2011

Antonio Lauro.









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Perdón por el atrevimiento.

Cada vez que doy vueltas,
cada giro de la clavija,
viene con una solicitud.
Cada vuelta doy Gracias.

Sólo en la Magia
del Orinoco,
podrían nacer tus patrias,
tus universos
cercanos a la voluntad,
tus versos
de musicalidad.

El camino de humildad
que hemos de seguir,
dando vueltas como las clavijas,
o como las tijeras del padre
que de Italia te hizo arte
con el sabor de la Zapoara.

En cuánto el Amor de Bolívar,
la Ciudad que recordaras,
en Europa y Caracas,
en el trío Borges y el Orfeón Lamas,
en los liceos caraqueños,
en el exilio,
te contuviera y te aguardara.

La primera sería de Alirio,
y sonarían Borges,
Riera, Delgado
y otros nombres,
pero de la guitarra nuestra:
Lauro es la fundamental,
la base de madera,
hueso y metal,
y el cajón del argumento
de la composición Continental.

No hay sonido que no te bendiga,
no hay mas amor que el de tus hijas,
no hay mas riquezas, melodías,
Natalia, Andreína, y María Luisa
en la cumbre de la colina.

No hay mas fuerza que la que viste,
en tus sentidos de profeta,
en la realidad del vals venezolano,
en seis octavos, la verdad de nuestra tierra.

No puedo ante el ardor de la sed,
del querer ser,
del querer seguirte.
Con el perdón de Williams:
si Strauss tocara en vida,
quisiera ser como Usted,
Maestro.






Engel Salazar Aguirre
26 de marzo de 2011.

1 comentario:

  1. Pues inténtalo, ámalo, respíralo, tómalo de la mano y acaricia tus cuerdas y déjalas que canten el sabor a patria que llevas en la sangre.

    Me debes escucharte, así que me mandas algo cuando puedas.

    Bello domingo y adelante hermano

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