Redonda y pequeña,
infinita en oscuridad
y cargada del odio de cobardes,
con agua sucia
de sangre
de reciente lucha.
No podría con tu luz,
tu luz de amor,
de honor,
tu belleza y tu candor,
de la independencia nuestro motor.
Tu beso en la pared
en bautizo,
tierno;
el abrazo incierto
y la ausencia del bebé.
Ese parto que brindó a la patria su honor,
será la deuda eterna del padre creador
hacia ti,
cuando América nació.
Engel Salazar Aguirre
06 de diciembre de 2010.
viernes, 17 de diciembre de 2010
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