El arrullo dorado de las voces,
el arroyo que suena sin que vea el río,
el canto que resuena de amoríos,
el cielo oculto en mis noches.
La piedra que tiré al río
canta diferente a la del camino,
la del vidrio tiene otro destino
aunque el material sea igual donde provino.
El muro de mi escuela canta risas,
el suelo de mi iglesia remordimientos,
las columnas del retén las injusticias
y el palacio tiembla en sus cimientos.
¿Quién fuera piedra de tu mar?
para cantar las diferencias de quien nombras,
para liberar las sensaciones al amar,
para superar de vista, las sombras.
Engel Salazar Aguirre
17 de noviembre de 2010.
domingo, 28 de noviembre de 2010
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No hay diferencias cuando hay sensaciones, ni sombras de piedras, los arroyos dorados son las letras donde se comunican las orillas.
ResponderEliminarBesos Poetazo querido
Preciosas letras Engel, cuando te leo y te analizo, a veces asusta tanta profundidad...
ResponderEliminarAbrazos de siempre