martes, 19 de octubre de 2010

Delirios del Café.

Cuelo el café y no entiendo qué significa.
No comprendo la tradición de provincia,
no entiendo el sabor,
la delicia.
No entiendo el ardor de mis brazos,
abrazados al sabor
de los labios
milenarios.

No entiendo la muerte
en la faena,
de negros y negras
que dieron su sufrir
a sangre y lágrimas,
en el dolor
y el sabor de su adultez
y su adolescencia.

No entiendo la edad
de la molienda
y del deber de la contienda,
requisito de la indolencia,
sea café, cacao o petróleo
o el alma de mi esencia,
la que confiere esta decadencia.

No he de superar
el dolor de tu ausencia,
tal vez,
el color de tu sustancia,
libertad de mi paciencia.

Engel Salazar Aguirre
27 de Septiembre de 2010.

2 comentarios:

  1. En el aroma del café está la sustancia y la esencia y la metáfora y el dolor de la molienda, y el dolor de la ausencia.
    Impresionante. Besos-

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  2. Pues si, sencillamente impresionante y verso a verso, nada decadente, eres eso, manatial de versos en vertiginoso cauce.

    Abracitos

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