viernes, 20 de noviembre de 2009

Pater Noster


Padre nuestro que desde el universo nos observa
dame cada día el pan de sus labios y dale a ella mis manos para siempre.

Perdona nuestra ofensa y perdona a todos los que ofenden al no dejarse convertir en sujetos de amor.

Perdona a nuestros vecinos, por ser la guía de nuestras acciones sus palabras.

Te imploro que no nos dejes caer en la tentación,
a mi en la gloriosa tentación de su risa
y a ella en la calurosa tentación de mi abrazo,
aunque ambos sepamos que cayendo en esa tentación,
estaríamos al fin dispuestos a librarnos de todo mal.

Amen.



Engel Salazar Aguirre
Abril de 2006

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