jueves, 26 de noviembre de 2009

Soy

Soy tal vez un grano de desierto sepultado por las edades, una página sola de un extraviado evento descontextualizado, la luna con el cielo encapotado, el grano de azúcar disuelto en el café o el no disuelto por sobresaturación que no pudo hacer su trabajo, el viento inmóvil, la plastilina dura, el aire ya respirado o contaminado, la exhalación de un grito contenido, el arroz no nacido, el camino no pisado, el guardia dormido, el calor de un cuerpo luchando con el sol, la borra del café recolado, no sé.


Tal vez no quiero saber quién soy ni esperar nada, porque nada existe ya.



Engel Salazar Aguirre
7 de Junio de 2009

Delirio ante la Luna

Ella no sabe por qué pero sabe que su destino de Diosa es mirarme, reina de mareas y de mar, a este ahogado en soledad de sueños estériles y rebuscados.

Trata de inspirarte, de atraparme, Diosa nocturna con derecho y privilegio de ser pluscuamperfecta.

No me deja, mas quiero soñar, dormir y seguir soñando mi estatus. Pero ella quiere atraparme.

Decirme que el amor es más que tiempo pasajero sin boleto de retorno, y yo digo que debo trabajar mañana, que es tarde para descansar lo necesitado.

Me dice que la gloria es dinero más fuerte que papel y metal, y yo digo que mis sueños y segundos debo almacenar por mi paz.

Me dice con su cara redonda de espuma blanca que estrellas van y vienen, mientras fui formado para construir estrellas con las torpes manos que hoy escriben.

Me dice que la marea ahoga si no sigo su corriente, y prefiero adormecerme en el espacio que nada representa.

Los perros aúllan y los hijos respiran, y yo no conozco el sueño que no sea contigo.

Dice que te busque al amanecer y yo digo que a mí mismo encontrará la forma de no responder a tu llamado.

Trato de alejar, trato de escapar de la caída de mis hojas, aunque no sé quién escribe ahora, sólo sé que tu redonda me persigue, pero prefiero negar su ausencia y la tuya de mi poesía, no escrita, porque no se qué hago ahorita. Si soy nunca de la luna ó ella me lleva a lo que no soy.

No sé qué concluir, porque aun huyo de ser poeta a tus lunas.

Te veo en ella cielo.



Engel Salazar Aguirre

Muñeca

Muñeca negra de trapos azules, cabellos de mopa amarilla que remembra mis sueños.

Los que fueron de ambos, tuyos y míos, los mismos que fuimos uno.

Te veo guindada como queriendo besar y yo parado queriendo besar, a ambas, las mujeres de mi vida.

De pie me pasa el tiempo esperando el que ha de llegar, haciéndote de carne para de tu boca escuchar, las primeras sílabas, la repetida y esperada pa.

Llevo mi alma impregnada de tu madre, mi majestad, la que te traerá algún día hasta mí, queriendo como hija mía a mi muñeca de trapos azules y mopa de oro con rizos de amor.

Te espero.



Engel Salazar Aguirre
7 de julio de 2007

sábado, 21 de noviembre de 2009

Quisiera que vuelva el niño que hay en mí.

Quisiera que vuelva el niño que hay en mí para que el aguacero me cubra con la locura como única razón.

Quisiera que vuelva el niño que hay en mí para que la alegría se convierta en mi camino y la esperanza se convierta en mi casa.

Quisiera que vuelva el niño que hay en mí para demostrar que me da miedo lo que temo y que me alegra lo que me gusta.

Quisiera que vuelva el niño que hay para buscarte y estar a tu lado sólo para sentirme bien.

Quisiera que vuelva el niño que hay para priorizar mi vida en nombre de lo que me hace feliz.

Quisiera que vuelva mi niño para disculpar a mi hermano y convencerlo de emprender la nueva aventura.

Quisiera que vuelva mi niño para poder verte a los ojos y sonreir entre lágrimas sin buscar la explicación.

Quisiera que vuelva para no poner excusas a mi bien.

Quisiera que vuelva para no engañarme más.

Quisiera que vuelva porque no quiero postergarte para mi vida.

Quisiera que vuelva porque mi destino debo dictarlo yo.

Quisiera que vuelva porque extraño su valentía.



Engel Salazar Aguirre
enero de 2007

Destacarse


Un día caminaba por una montaña y vi cinco capullos en un hermoso arreglo pentagonal. A medida que caminaba, el polígono se volvía irregular, quedando incluso capullos dentro del perímetro. Creí saber entonces que era un cuadrilátero o triángulo con 1 ó 2 puntos capullos destacados en su interior. Se transformó el pentágono en triángulo, lo cual pensé, ocurre también en poliedros.

Era de noche cuando corría por el terreno pedregoso. La luz sólo destacaba algunas piedras, pero yo sabía que estaba lleno el terreno porque lo pisaba; vivía allí en ese eterno instante.

Dibujé un punto en clase sobre la pizarra. Antes de que el marcador tocase la superficie, ya yo había identificado el punto que estaba por destacarse, antes de que el resto lo reconociera. Pero en la pizarra están los infinitos puntos, sin destacarse aún.

Toqué la nota del piano, una sola. Reconocí luego que se escuchaban otras parciales de la primera, en razón aritmética de su frecuencia. La base, la octava, la octava más quinta, la doble octava, la anterior más tercera, luego más quinta, luego más séptima, y así. Sin embargo, sólo escribí en el pentagrama a la nota base.

Veía paredes que me regalaban formas. Caras conocidas y se transfiguraban en desconocidas. Me acerque a su cubierta y sus irregulares puntos eran los mismos sin importar la sonrisa de la cara.

Seguí el desarrollo de la teoría de la materia. Griegos, modernos, contemporáneos, espaciales; África, Egipto, Demócrito, Dalton, Bohr, Gell-Man. Todos y todo viene de lo mismo.

Fui a un concierto entre la multitud y sólo te vi a ti, a pesar de estar todos y todo oscuro. Es tu mirada que te destaca. Tu aroma enrarece el aire y se destaca entre otras moléculas cuando lo percibo para encontrarte.

Vi la noche de estrellas y vi los huecos sin ellas. Hay algo ahí, pero no se destaca aún, sólo las estrellas. El espacio entonces no es vacío.

No sé cómo es que te amo, pero no sé qué habrá cuando muera. No sé de dónde vengo, no encuentro el bosón de Higgs, no conozco el vacío dentro del globo universal de Friedman, no he cruzado el puente de Einstein-Bose ni el agujero de Hawking. Sólo sé que hay incertidumbre, incompletitud, colisiones, caos teórico y práctico, probabilidades, saltos cuánticos, lagunas mentales, quarks.

Pero mi corazón no es vacío, sólo tiene que aprender a sentir. Ayúdalo a destacarse.



Engel Salazar Aguirre
mayo de 2008

viernes, 20 de noviembre de 2009

Delirios de fiebre

Deliro de fiebre y mis ojos estallan como al conocerte y mis labios explotan como al besarte.

Deliro como el niño amante del juego, yo amante del tuyo.

Tu delirio es el mío si mal no te he entendido, pero al no verte la fiebre trae la idea de tenerte y el dolor de no verte.

Sube mi fiebre y mi ombligo ebulle como reclamándote.

Sube y te veo con tu manto abriendo frescura de tu luz.

La fiebre ha subido y pierdo la neurona ayudante de lo que digo.

Cuando convulsiona mi cuerpo, mi alma se baña de tu imagen.

Sólo cuando mis lágrimas se sublimen, tendré el valor para buscarte.

No quiero que mi fiebre baje porque te necesito a mi lado; aunque sea en delirios.



Engel Salazar Aguirre
Junio de 2007.

Pater Noster


Padre nuestro que desde el universo nos observa
dame cada día el pan de sus labios y dale a ella mis manos para siempre.

Perdona nuestra ofensa y perdona a todos los que ofenden al no dejarse convertir en sujetos de amor.

Perdona a nuestros vecinos, por ser la guía de nuestras acciones sus palabras.

Te imploro que no nos dejes caer en la tentación,
a mi en la gloriosa tentación de su risa
y a ella en la calurosa tentación de mi abrazo,
aunque ambos sepamos que cayendo en esa tentación,
estaríamos al fin dispuestos a librarnos de todo mal.

Amen.



Engel Salazar Aguirre
Abril de 2006